Cambios cognitivos en el póquer (Parte III)

Cambios cognitivos (Parte III) 1

Continuamos. Cambios en el exceso de confianza y supremacía. Están relacionados de muchas maneras. El sesgo de exceso de confianza se manifiesta a través de una creencia muy fuerte en la corrección de la propia opinión. Un estudio ha mostrado resultados sorprendentes de este cambio.

Tras entregar a un grupo de sujetos una hoja de prueba con los errores más comunes en las palabras, los investigadores preguntaron a los participantes cuál creían que era la ortografía correcta de la palabra y, a continuación, les preguntaron hasta qué punto estaban seguros de que su respuesta era correcta. Los sujetos respondieron que estaban 99% seguros de que su respuesta era correcta, pero que cometían 40% errores. Este sesgo en el póquer se manifiesta como una tendencia a confiar demasiado en las propias lecturas, las propias probabilidades calculadas y la solidez de la propia estrategia.

El sesgo de superioridad es la tendencia de las personas a sobrestimar sus capacidades en materias en las que destacan o a exagerar sus debilidades. Como cabe imaginar, se trata de un sesgo bastante común. La mayoría de las personas se consideran por encima de la media, cuando, en realidad, sólo la mitad de ellas podrían considerarse así. Sin embargo, este sesgo es especialmente evidente cuando una persona tiene pocas habilidades desarrolladas. Piensa que, sencillamente, es terrible.

En el póquer, esto puede manifestarse de formas muy diferentes, dependiendo del historial del jugador. La mayoría de los jugadores de apuestas medias-altas tienen una confianza claramente exagerada en sus habilidades. Esto no debería sorprender si se observa su historial personal. Objetivamente hablando, han conseguido convertirse en muy buenos jugadores y se encuentran entre los mejores 0,001%. También han conseguido vencer a jugadores que les han superado en el pasado. Sin embargo, es un poco irrazonable que se imaginen que tienen un potencial ilimitado. Influenciados por su juego en el pasado, empiezan a pensar que son mucho más fuertes de lo que realmente son y que pueden vencer a un rival mucho más fuerte con sólo inventar algún truco de magia. El resultado es una exagerada sensación de superioridad, un ego imparable y una percepción distorsionada de las propias habilidades. Una receta perfecta para los problemas.

En el polo opuesto de este cambio se encuentran los jugadores que se han enfrentado a muchas dificultades en su carrera. Quizá han jugado con apuestas más bajas, o han jugado con apuestas más altas en el pasado, pero ya no pueden mantenerse en la misma posición. O tal vez sean simplemente cazadores de vagabundos. Impulsados por su historia condicionada, estos jugadores son más propensos a subestimar gravemente su nivel de habilidad. Llegarán a la conclusión de que no hay necesidad de seguir adelante, que la mayoría de los regs son mejores que ellos, y pondrán a los que realmente son mejores que ellos en la misma liga que los mejores. Los jugadores que se sobrevaloran y se infravaloran tienen una falsa percepción de sus habilidades. Comprender tu propio nivel de habilidad es ciertamente difícil, pero en el mundo del póquer es muy importante medir tus habilidades correctamente.

Se puede observar que los jugadores que obtuvieron buenos resultados son más propensos a pensar que son excelentes y capaces de jugar bien, mientras que los jugadores que encontraron obstáculos son más propensos a creer que son vulnerables. Esta autopercepción es aprendida, y también suele estar impulsada por un cambio en la validación. Este cambio es la tendencia a buscar o prestar atención a la información que confirma nuestras creencias.

Por ejemplo, un jugador que piense que es un buen competidor verá cada partido que gane como una prueba de ello. Y un jugador que piense que es mediocre verá cada sesión que pierda como Cambios cognitivos (Parte III)prueba de que necesita retirarse y dedicarse más a la caza de vagabundos. Es muy posible que el porcentaje de sesiones ganadas y perdidas por ambos jugadores sea exactamente el mismo. La única diferencia es a qué cognitivo se presta más atención.

El último cambio cognitivo que merece nuestra atención es el de la negligencia. Este sesgo nos hace ver los acontecimientos pasados como más predecibles de lo que realmente fueron: el efecto "lo sabía". Los ejemplos más llamativos de esto pueden verse en el flujo del juego. Alguien apuesta mucho dos veces seguidas, en grandes botes consecutivos. Siempre existe la posibilidad de que si igualas una segunda vez y tiene las nuts, pienses inmediatamente "Dios, eso era tan obvio, nadie se tira un farol así dos veces seguidas", pero si te retiras y muestra que se ha tirado un farol, pensarás inmediatamente "Sí, lo sabía, era un buen momento para tirarse un farol, sentí que tenía que igualar".

En una situación así, lo mejor es confiar en uno mismo. A menudo, las personas no son tan predecibles como nos gustaría. Al igual que otros cambios, éste también es difícil de sortear, sobre todo porque el póquer es un juego de generar hipótesis y ponerlas a prueba. Es difícil jugar sin la idea de que los acontecimientos y las personas son predecibles.

Así pues, estos son los factores psicológicos que distorsionan la imagen que vemos. Una vez que los comprendamos mejor, podremos ver el juego con más claridad.

¿Cuál es el mejor sitio para jugar al póquer?