El jugador de póker debe comprender bien tanto cómo funciona su mente consciente como su subconsciente. El subconsciente todavía tiene una mala reputación, recogida de la historia intelectual. Es casi imposible ignorar los descubrimientos de Freud. Gracias a él, el término “subconsciente” se asoció con conceptos como represión, motivos ocultos, pasión por los miembros de la familia, miedo a la castración y muchas otras sensaciones pseudocientíficas. Aunque la psicología moderna ha rechazado muchos de los descubrimientos proclamados por Freud como científicamente dudosos, la definición de la mente subconsciente que él propuso sigue siendo muy real y relevante, aunque de una manera diferente a la que él imaginaba.
Todos sabemos bien que definir la conciencia es difícil, pero eso no significa que debamos perdernos en los laberintos del lenguaje y la filosofía. Simplemente digamos que la conciencia es la parte de la mente que comprendes conscientemente y que puedes controlar directamente. El subconsciente es la parte de la mente que en su mayoría no comprendes conscientemente y no tienes control directo sobre ella. Controla tus procesos automáticos, acciones y pensamientos.
La mayoría de las personas entienden completamente mal cómo funciona su mente. De hecho, tal vez eso sea bueno, los detalles del conocimiento no afectan su vida cotidiana. Pero como jugador de póker, tu mente es la interfaz principal entre tú y el juego. Tu mente también es el obstáculo principal que impide el progreso. Es muy importante que te reconcilies con sus peculiaridades y debilidades y las conozcas más profundamente.
La primera afirmación importante sobre la mente: no es continua. Es incomparable, compuesta de diferentes partes, distribuidas no solo en el espacio, sino también en ciertos esquemas. La conciencia y sus constructos constituyen solo un elemento de muchos otros presentes en la mente.
Hay muchos experimentos psicológicos clásicos que demuestran la fragmentación de la mente. 
Por ejemplo, en algún momento, separar la conexión de la corteza cerebral mayor, el puente, entre los dos hemisferios del cerebro, se usaba para tratar la epilepsia difícil de controlar (en casos raros, esto todavía se realiza). Cuando los científicos observaron a los sujetos sobrevivientes, revelaron cambios muy dramáticos. Cuando a estos pacientes de “cerebro dividido” se les mostraba una imagen solo en el ojo izquierdo, el paciente no podía decir lo que se le mostraba, esto se debe a que la imagen vista por el ojo izquierdo se procesa en el hemisferio derecho del cerebro, y el centro de control del lenguaje está en el hemisferio izquierdo del cerebro. La separación de la corteza cerebral mayor cortó la conexión entre los dos hemisferios del cerebro, por lo que los pacientes solo podían reconocer, pero no nombrar lo que veían. Cuando se les pedía que tomaran y manipularan un objeto, lo hacían fácilmente. Sostenían el objeto perfectamente, pero si se encontraba en el campo visual izquierdo, no podían nombrarlo. Si el objeto caía en el campo derecho, controlado por el hemisferio izquierdo del cerebro, lo nombraban perfectamente.
Otro ejemplo es la ceguera con visión residual. La ceguera con visión residual es un raro trastorno neurológico que surge debido a un daño en la zona cortical visual. Las personas con visión residual creen que son ciegas. Afirman que no tienen ninguna experiencia visual consciente. Sin embargo, cuando se les muestra un objeto en su campo visual y se les pide que adivinen la ubicación o la dirección del movimiento del objeto, aunque insisten en que no lo ven, apuntan en la dirección correcta de manera increíble. Este es un descubrimiento sorprendente. Indica que la conexión entre su conciencia y el aparato visual está cortada, pero su subconsciente todavía procesa y recibe información visual. Además, los pacientes con este trastorno pueden agarrar y manipular libremente objetos que afirman no ver.
Esto es solo la punta del iceberg. Aunque la mayoría de los experimentos con cerebros humanos no son posibles (sería poco ético), se ha recopilado mucha información sobre la arquitectura de la mente a través de experimentos accidentales. A lo largo de años de observaciones y experimentos, tenemos registros de casi todos los daños cerebrales posibles. Los científicos, al observar cómo el daño a una u otra parte del cerebro afecta el comportamiento del paciente, han descubierto muchas observaciones sobre el funcionamiento y la modalidad del cerebro.
Por ejemplo, la afasia: daño al lenguaje. La afasia de Broca es una condición en la que el sujeto entiende el significado de palabras individuales, pero no puede formar y comprender bien una oración. Esto surge de un daño muy específico en un módulo del cerebro. También está la afasia de Wernicke, en la que el paciente puede hablar perfectamente, pero no entiende en absoluto lo que dicen o escriben otras personas. Estos trastornos muestran cuán estrechamente pueden estar especializadas ciertas áreas del cerebro, incluso en cosas tan complejas como el lenguaje.
Cuanto más aprendemos sobre el cerebro, más nos damos cuenta de cuán fragmentado está.
La biología evolutiva lo ilumina aún más, mostrando cómo nuestro cerebro evolucionó desde el reptil y el neo-mamífero hasta el humano actual. La neo-corteza, el lugar donde “reside” nuestra conciencia, cognición y racionalidad, es la adición más reciente a la estructura del cerebro. Pero la mayoría de nuestros movimientos, comportamientos y otras funciones están regulados por estructuras mentales más antiguas e inconscientes. La conciencia es una recién llegada. Para los mamíferos de los que evolucionó el ser humano, es muy probable que la conciencia fuera solo un subproducto, desempeñando un pequeño papel en sus procesos cerebrales, a diferencia de nosotros, Homo sapiens.
Entonces, ¿qué es la conciencia? La conciencia es una habilidad recién surgida en nuestro cerebro mamífero. Situada en nuestra neo-corteza, sintetiza constantemente nuestras percepciones sensoriales, emociones, memoria y cognición en una experiencia continua. Eso es lo que es la conciencia.
Y, por supuesto, la conciencia es un portador efectivo de señales de luz del mundo exterior. Sin embargo, ¿por qué deberías concluir que también puede desempeñar un papel igualmente importante en tu mundo interior? ¿Por qué deberíamos concluir que la conciencia está diseñada para comprender las vastas aguas del subconsciente en nuestra mente? De hecho, esa pequeña parte de la mente que queda fuera del subconsciente, la conciencia, se filtra a través de sus propios conceptos y marcos. Desde el punto de vista de la evolución, no se necesita más. Mientras la conciencia intenta procesar su parte, el resto del cerebro está involucrado en una compleja actividad neuronal que ayuda a mantener la vida y otras funciones.
Otra afirmación importante sobre la mente: la conciencia no tiene acceso a todas las partes de la mente. Y no es porque hayas cometido algún error. Simplemente así es como está diseñado nuestro cerebro.
Sentimos que nuestro yo consciente debe ser lo que somos. Nuestras experiencias conscientes se “discuten” primero en nuestra neo-corteza. Y nuestra mente está compuesta de muchos más elementos que solo la parte consciente. Y de esta manera, en un sentido más amplio, somos mucho más que nuestra conciencia.
