Se puede aplicar una analogía similar, desplazando la atención del resultado al proceso, al gráfico de EV, en el que las líneas de ganancia y de EV total divergen entre sí. Por supuesto, sería estupendo que la línea de ganancias coincidiera con la línea de ganancias totales. Lo mismo puede decirse de la retroalimentación mental. Tu retroalimentación mental tiene sus propios "procesos" o "buenas jugadas" de EV de victoria frente a EV de all-in, que tienen menos variación. Así que si pudieras forzar a tu mente a interpretar sólo si hiciste una buena acción o no, en lugar de discutir los resultados, sería una gran manera de mitigar el bajón.
El segundo aspecto principal en el que nos afecta el bajón es la destrucción de la autoestima. La autoestima es un concepto central en nuestra psicología de la identidad. La mayoría de las teorías sobre la autoestima dicen que primero nos percibimos como nosotros mismos a través de la autoconciencia personal. Aunque el cuerpo cambie o suframos cambios drásticos en la conciencia o la personalidad, la autoconciencia es el final del hilo que nos acompaña toda la vida e incluso unifica nuestros sentimientos en una persona. Lo llevamos todo en la mente, siempre añadiendo algo nuevo. Así es como creamos un sentido de autoconciencia: a través de las historias que recopilamos sobre nosotros mismos.
Nuestra humanidad está siempre en diálogo con nuestra conciencia. Así, quien controla la historia controla la realidad. Lo mismo ocurre en el póquer. Tu identidad como jugador de póquer se limita a tu éxito en el póquer. El póquer es lo que haces. Cuando tienes éxito, te das tu aprobación, y cuando pierdes, te destruyes por dentro, si no conscientemente, sí subconscientemente. Así que, durante la fase descendente, tu autoconciencia queda destruida en su mayor parte.
Hasta ahora, el póquer ha sido una historia sobre tu ascenso. Empezaste sin nada, ni siquiera con un buen conocimiento de las reglas, y ahora aquí estás, a medio camino de la montaña. No ha habido semana en la que no hayas aprendido algo nuevo, mejorado tu juego o hecho algún cambio. Pero la bajada de la autoconciencia muestra lo contrario. De repente, empiezas a sentir que vas hacia atrás.
La autoconciencia te afecta mucho. Es algo más que lo que piensas de ti mismo cuando reflexionas pasivamente sobre tu vida. Es la sensación de mañana cuando te acuestas por la noche. Es tu brújula interior de propósito y crecimiento. Es el eje de la existencia humana.
Durante la fase descendente, parece que te estás deslizando hacia abajo, literalmente hablando. Pero para la mayoría de los buenos jugadores, las fases descendentes no son más que desviaciones de sus ratios de victorias reales. Deberían ganar, aunque ese pensamiento no les haga sentirse mejor. Lo único que sienten es un bajón. Así es como se pierde el optimismo en el póquer, junto con el bienestar, la seguridad y la motivación. Como resultado, su EV monetaria se ve afectada y, sobre todo, su felicidad.
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