La última vez discutimos las cuatro etapas de la maestría. Conocerlas proporciona una mejor comprensión de cómo ocurre el proceso de aprendizaje.
Primero, debemos entender que el póker no progresa uniformemente a través de estas cuatro etapas. Sería más claro decir que las habilidades individuales pasan por ellas. Por ejemplo, tu juego de 3-bet preflop puede haber alcanzado la cuarta etapa, mientras que el floating en el flop puede estar en la tercera etapa de competencia consciente. Cada jugador de póker tiene su propio conjunto único de habilidades distribuidas en varias etapas de maestría. Para realmente entender la diferencia entre competencia consciente e inconsciente, debemos comprender la diferencia entre pensamiento consciente e inconsciente.
Comencemos con lo obvio: cuando piensas conscientemente, eres consciente de todos los datos que estás procesando en ese momento y todo lo experimentas. Cuando piensas inconscientemente, solo experimentas una parte de los datos procesados. Por ejemplo, puedes tener solo un conocimiento vago de que estás jugando al póker. Cuando juegas inconscientemente, no necesitas pensar activamente en el tamaño de cada apuesta, cada carta en la mesa, etc. La información que llega a tu mente está muy comprimida, similar a caminar hacia la tienda por el camino más corto sin pensar en cómo mover las piernas o evitar obstáculos.
El tipo de pensamiento consciente tiende a desviarse de su curso. Es un tipo orientado al proceso, que a menudo cambia a través del lenguaje. Si un jugador piensa conscientemente cómo jugar una mano, es muy probable que lo piense paso a paso: “Bien, él hizo un raise, lo que significa que puede tener solo manos X, Y, Z, pero en el turn apostó tanto, por lo que no puede tener Z, y si tuviera Y, probablemente habría hecho un 3-bet” y así sucesivamente.
El tipo de pensamiento inconsciente se distingue por ser rápido. Es preciso e intuitivo y generalmente no depende de un proceso paso a paso. Si ves A22 en el flop, tu subconsciente decide de inmediato qué hacer, tiene solo una respuesta para esa situación y no requiere ninguna reflexión.
Entonces, la conclusión es que el pensamiento consciente, debido a su proceso paso a paso, es lento, mientras que el pensamiento inconsciente es rápido. Esto es importante. El subconsciente controla las habilidades motoras, los órganos internos, etc. Por lo tanto, debe ser rápido y saber exactamente qué hacer en cada momento dado. La conciencia, por otro lado, hace todo sin prisa, enfocándose en el proceso en sí.
Para determinar si la conciencia o el subconsciente están explorando una situación, debes prestar atención a algunas señales: si experimentas cada elemento del proceso, si la situación cambia a través del lenguaje (esto puede ocurrir solo en tu mente), si se considera paso a paso y todo sucede lentamente, entonces probablemente la conciencia esté “empleada”. Pero si todo es muy vago, sabes automáticamente la respuesta y todo sucede rápidamente, entonces todo está ocurriendo en el subconsciente.
Hablar contigo mismo es una forma de averiguar qué aspectos del pensamiento están en la conciencia y cuáles en el subconsciente. Si intentaras seguir tus pensamientos y decir en voz alta todo lo que piensas (preferiblemente a alguien que también tenga experiencia en el póker), notarías que la mayoría de lo que dices está relacionado con puntos conscientes. Es muy probable que pases por alto la parte inconsciente del pensamiento, como los patrones de apuestas o la interpretación del board, el juego claro.
La conciencia, debido a su tendencia a estar basada en el lenguaje y la posibilidad de desviarse del curso, siempre tiende a “encallar” más rápido, ya que está conectada con los centros verbales, las últimas oraciones siempre serán sobre lo que estás haciendo en ese momento.
Este fenómeno se puede observar al ver videos de póker. A menudo, cuando los mejores jugadores hablan sobre la estrategia del póker, su discurso termina en el proceso en el que está su mente consciente. No es difícil adivinar que la mayoría de los jugadores de primer nivel han trasladado gran parte de su juego a la etapa de competencia inconsciente. Esto sucedió porque han jugado muchas horas, por lo que han desarrollado hábitos muy efectivos. Y por esta razón, cuando hablan conscientemente sobre el póker, generalmente dicen solo lo que el interlocutor quiere escuchar.
Es muy fácil decir solo lo que está en la punta de la lengua, pero para convertirse en un verdadero maestro, creador de videos o entrenador de póker, se necesita un conjunto de habilidades más amplio: debes poder explorar tus propios procesos subconscientes, ser capaz de visualizar cómo se presentaría la situación a los ojos de tu alumno. Debes ser capaz de ver la situación como la vería alguien que acaba de empezar a jugar. Por eso los mejores jugadores de póker no suelen ser los mejores maestros.
Los procesos conscientes e inconscientes están muy relacionados con el tiempo de toma de decisiones. ¿Qué hace un jugador si necesita tiempo para tomar una decisión? Intenta analizar nuevamente las manos, por lo que revisa su conciencia, tratando de encontrar una solución clara. Esto significa que o su subconsciente no sabe qué hacer, o no confía en él (quizás porque el bote es grande o la mano es extraña).
¿Por qué en ciertas situaciones los jugadores toman decisiones rápidamente y en otras más lentamente? Porque la conciencia trabaja más lentamente que el subconsciente, por lo que los puntos en los que se ven obligados a pensar más tiempo son puntos en los que los jugadores “emplean” su conciencia.
Esta teoría se conecta nuevamente con la idea de centralidad: cuanto más cerca esté la situación del centro, más fácilmente la maneja el subconsciente rápido y seguro. Cuanto más lejos esté la situación del centro, más se necesita la mente consciente. Tan pronto como dejes el centro, notarás de inmediato una diferencia obvia en el juego del oponente y en las necesidades de tiempo.
¿Y qué pasa cuando la conciencia y el subconsciente tienen diferentes soluciones para la misma situación? Recuerda que para todas las intenciones y propósitos son dos sistemas diferentes, que estructuralmente están separados. Imagínalos como dos redes neuronales separadas en tu cerebro, distantes una de la otra. Aunque hay interacción entre ellas, arquitectónicamente siguen estando separadas. Hablando más vívidamente, hay dos jugadores de póker en ti: la conciencia y el subconsciente, y cada uno está dedicado a tu juego. Son como los caballos de Platón, como la mente y la emoción, uno tira hacia un lado, el otro hacia el otro. Tu tarea como juez entre estos dos elementos es aprovechar sus fortalezas y enmascarar sus debilidades en cada juego.