Cara de póquer

Cara de póquer

Si de repente le dices a un desconocido en medio de una conversación que eres jugador profesional de póquer, probablemente obtendrás una reacción familiar. Normalmente empezará a hablarte de los ex de las hermanas de sus amigos que juegan al póquer, o de que él estuvo una vez en Las Vegas, puede que te pregunte si has jugado en algún gran torneo, qué opinan tus padres de tu carrera, que especule con que probablemente se te den bien las matemáticas, etcétera. Pero una de las afirmaciones más molestas es "Oh, debes de tener muy buena cara de póquer".

La imagen de la "cara de póquer" se ha extendido tanto en nuestra cultura que está prácticamente ligada al propio juego. Si sabe lo que es el póquer, sabrá lo que es una cara de póquer. Pero esta expresión no sólo simboliza el papel que se juega en el póquer. Lo que llamamos "cara de póquer" habría sido familiar para los estoicos romanos, los samuráis zen, los guerreros, los místicos, los jugadores y los ladrones, echando un vistazo a toda la historia de la humanidad.

La cara de póquer es un símbolo único de la humanidad. Es una máscara de ausencia de emociones que se "pone" sobre la cara, ocultando la personalidad que hay debajo. La cara de póquer flota en algún lugar por encima del juego, ajena al miedo, la ira o la desesperación, aunque el resto de nosotros parece sentirlo. Eso explica en parte por qué la profesión de "jugador de póquer" parece tan seductoramente glamurosa, casi infrahumana, para muchos.

Así que cuando la gente me pregunta "¿cómo puedo mejorar mi cara de póquer?", siento que debo tener la respuesta. Pero, ¿qué puedo responder? La verdad es que no hay forma de tener una mejor cara de póquer, o mejor dicho, no hay ninguna forma especial. Por supuesto, hay muchos pequeños trucos que se pueden utilizar en esta situación para navegar entre la inclinación y la alegría exagerada. Por supuesto, puedes practicar delante de un espejo, visualizar la acción o algo parecido. Y sí, hay que cerrar la boca, relajar los músculos, vigilar el movimiento de los ojos, mirar fijamente al frente, respirar conscientemente, no hablar y todo eso. Pero, en realidad, todo esto es sólo una pequeña parte. Si eres uno de esos jugadores que muestran signos de debilidad emocional, estos pequeños consejos no te cambiarán a corto plazo.

Las emociones son como una roca en tu mente. Formada por la erosión, por las fuerzas del mundo a lo largo de los años, los contornos de esta roca muestran la historia de tu personalidad. Algunos jugadores han suavizado los bordes de sus rocas emocionales y tienen una buena cara de póquer cuando empezaron a jugar al póquer, mientras que otros siguen teniendo bordes dentados y afilados que parecen delatarlo todo. Es simplemente una lotería del entorno y los genes. Y aquí no hay mucho de qué hablar.

Si quieres tener una buena cara de póquer, lo primero que tienes que hacer es dejar de sentir esas emociones. Una vez que empieces a jugar al póquer, la mejor forma de desactivar tus emociones es mediante la fuerza de carácter. Los cotilleos, el paso del tiempo, las miles de manos de póquer que tienes delante pesarán en tu mente. Así que sé consciente, obsérvate, aprende a formarte nuevas creencias, adáptate a tu entorno, prueba muchas otras técnicas diferentes para mejorar y controlar tu expresión emocional. Pero, en última instancia, lo que puedes hacer es esperar. Jugar, sentir y sufrir. Si te mantienes en ello el tiempo suficiente, al final tus rasgos se pulirán. Lleva tiempo, así que ten paciencia. ¿Cómo puedes ser más paciente? Es la única buena cualidad que depende exclusivamente de ti. Ten calma, deja que pase lo que tenga que pasar. Si eres débil emocionalmente, no pasa nada, sé débil. Pero sigue jugando. No dejes de intentarlo, no te rindas cuando cometas un error. Todos estuvimos alguna vez donde tú estás ahora. Si vuelves mañana, y luego al día siguiente, y luego un día, todo eso cambiará.

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